La superficie del hielo marino, también conocido como banquisa, alrededor de la Antártida se ha reducido hasta niveles nunca antes registrados, informa The Guardian.
Durante 44 años de observaciones satelitales, las aguas periféricas del continente han sido testigos de un cambio masivo. Hasta hace poco, cada septiembre unos 18 millones de kilómetros cuadrados de hielo flotaban en las aguas circundantes de la Antártida y en febrero caía a poco más de dos millones de kilómetros cuadrados.
Sin embargo, nunca se había visto menos hielo que la semana pasada. El 25 de febrero de 2022, durante el verano austral, la banquisa se redujo a 1,92 millones de kilómetros cuadrados, un mínimo histórico según las observaciones satelitales que comenzaron en 1979. Pero el 25 de febrero de este año rompió la marca de 2022, alcanzado un nuevo mínimo histórico de 1,79 millones de kilómetros cuadrados.
Los científicos desconocen las causas del incremento del derretimiento del hielo marino, pero estiman que uno de los factores serían los fuertes vientos que azotan a la Antártida durante la primavera, provocando grietas en la banquisa. "Debido a que el hielo marino es tan reflectante, es difícil que se derrita con la luz solar. Pero si el agua entra por las grietas, eso puede derretirlo", explicó Will Hobbs, experto en hielo marino antártico de la Universidad de Tasmania (Australia).
¿Cuál es el rol del hielo marino?
La parte continental de la Antártida está cubierta de hielo, suficiente como para elevar el nivel global del mar en muchos metros en caso de que desaparezca. Si bien el derretimiento de la banquisa no eleva directamente el nivel del mar porque ya está flotando en el agua, su desaparición dejaría expuesta la costa antártica. Las banquisas ayudan a amortiguar el efecto de las tormentas y olas sobre la capa de hielo adherida a la costa, que estabilizan las enormes capas de hielo y glaciares que se encuentran en tierra firme.
Los científicos también creen que el derretimiento del hielo marino podría estar relacionado con el calentamiento global. "La Antártida puede parecer remota, pero los cambios que ocurren allí pueden afectar el clima global y las capas de hielo que se derriten afectan a las comunidades costeras de todo el planeta", advirtió Ariaan Purich, científica climática de la Universidad de Monash (Australia). "Todo el mundo debería estar preocupado por lo que está pasando en la Antártida", agregó.
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