Un hombre se ha puesto en contacto con el investigador estadounidense de criaturas misteriosas Lohn Strickler y le contó una extraña historia sobre cómo cuando era niño, conoció a un humanoide justo en el granero al lado de su casa.
Cuando era niño, este hombre vivía en el condado de Ontario, Nueva York. Cuando tenía 10 u 11 años, un día de repente se despertó en medio de la noche al escuchar un ruido afuera de su ventana.
Vivían en el campo y tenían una casa particular con varios cobertizos, así como una pequeña manada de caballos. El ruido que escuchaba en la noche procedía de un prado cercano, donde sus caballos corrían alborotados.
El niño se levantó de su cama y salió a ver qué pasaba. Y cuando llegó al granero, decidió entrar en el.
“Entré por la puerta del granero y me encontré con un “hombre” muy grande, blanco como la nieve, que subía en ese momento al pajar, recuerdo haber quedado asombrado, pero no me asusté, se dio la vuelta, me miró y bajó lentamente.
Dio unos pasos antes de arrodillarse y extender su mano en mi dirección (como si estuviera acercándose con cuidado). Cuando lo miré, me pareció que se veía triste y cansado, y no parecía que pudiera hacerme ningún daño en absoluto.
Decidí tomarlo de la mano y llevarlo a nuestra "área de juegos para niños", que era solo una esquina en el mismo granero, donde teníamos algunos sofás viejos, algunos juguetes tirados y una radio. Tan pronto como vio mi radio, se animó, corrió hacia ella y comenzó a tocarla.
Esto continuó por un tiempo y yo seguía preguntándole por qué necesitaba la radio. Pero no dijo ni una palabra. Tampoco me dijo su nombre, entonces comencé a llamarlo "Radio".
Después de un rato, guardó la radio y se sentó en el sofá. Le traje mi libro favorito sobre caballos y comencé a hojear las páginas, mostrándole todas mis razas favoritas de caballos.
Luego, con cuidado, me quitó el libro y lo cerró como diciendo: "He terminado".Me levanté para guardar mi libro y él se acostó en el sofá. Recuerdo que era tan grande que su cabeza estaba en el reposabrazos, y sus piernas colgaban del otro reposabrazos, a la altura de sus rodillas.
Él era un gigante. Blanco puro y no recuerdo que tuviera pelo. Sus ojos eran completamente negros, pero no eran enormes ni tenían forma de almendra. Tenían una pendiente descendente y parecían perlas.
Después de que se durmió, decidí regresar a la casa y también acostarme, pero antes de irme, lo tapé con una manta.
Me desperté por la mañana y la experiencia de lo que había ocurrido durante la noche me invadió. Mis pies estaban sucios, como si realmente hubiera salido descalzo por la noche (es decir, no había sido un sueño).
Tome algo de comida y corrí al granero. Entré en nuestra área de juegos y encontré todo tal como esperaba. La manta estaba en el suelo, el libro estaba sobre la mesa pero la radio había desaparecido. Y el "hombre blanco" también se había ido.
Es importante saber que en ese momento tenía la costumbre de caminar dormido, así que pensaba que tal vez todo podía ser solo un sueño.
Al principio pensé que solo se trataba de un hombre muy extraño, y esperaba que se hubiera ido a un lugar donde no corriera peligro.
El recuerdo de este evento nunca me abandonó, y cuando era adolescente, finalmente decidí que lo había soñado todo y decidí no pensar más en eso.
Cuando se estrenó la película "Prometeo", fui a verla con mis amigos. Y cuando un extraterrestre alto y blanco apareció en la pantalla (al principio de la película), casi salté de la silla. No era un parecido exacto, por supuesto,, pero era muy similar. Era como si hubiera visto un fantasma.
En ese momento no sabía absolutamente nada sobre extraterrestres y los únicos de los que había oído hablar eran los clásicos "hombrecitos verdes". Sin embargo, me obligué a olvidarlo y seguir adelante. Pensé que el recuerdo no podía ser real, así que debí haberlo soñado.
Pero con el tiempo, comencé a preguntarme cómo podía soñar con una criatura de la que nunca había oído hablar antes. ¿Podría haber ocurrido realmente?¿Podría esta criatura haber sido real?"
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