Esta semana, los investigadores de la agencia aeroespacial estadounidense publicaron en la web Earth Observatory imágenes de un área del noreste de Siberia, registradas por el satélite Landsat 8 en el curso de varios años.
En esas fotos, el terreno a ambos lados del río Marja presenta una secuencia de rayas que se alternan, oscuras y claras, más compactas en las zonas de gran pendiente y más anchas donde el declive es suave, hasta perderse hacia los bordes.
Esta peculiaridad es visible en todas las temporadas del año, aunque resulta más marcada en invierno, cuando la nieve aumenta el contraste.
Algunos expertos han ofrecido a la NASA diversas explicaciones de este fenómeno. Una de las hipótesis apunta al hecho de que esa zona de la meseta central siberiana se encuentra dentro del círculo ártico y, por lo tanto, el 90 % del tiempo está cubierta por permafrost, que en ocasiones se derrite por períodos breves. Se conoce que los tramos de suelo que se congelan, derriten y vuelven a congelarse pueden formar extraños patrones poligonales, circulares y rayados.
Sin embargo, en otros lugares esos patrones tienden a ser de escala menor que las rayas registradas en Siberia.
Los investigadores de geomorfología ofrecen otra explicación: en regiones tan frías, la tierra puede convertirse en 'gelisol', un suelo con permafrost en los dos metros superiores, en el que las capas oscuras y claras normalmente se distinguen en función de la prevalencia de materia orgánica o mineral y de su contenido de sedimentos.
A medida que se congela y derrite el suelo, las capas se abren y mezclan verticalmente. Con la repetición de estos ciclos durante temporadas de cierta duración, las capas pueden alinearse y formar patrones rayados. Diversos tipos de vegetación de la tundra pueden crecer sobre ellas, acentuando las rayas vistas desde el espacio. Esta hipótesis, no obstante, no ha sido probada a gran escala.
Thomas Crafford, investigador del Servicio Geológico de EE.UU., asegura que las rayas reflejan un patrón de rocas sedimentarias conocido como 'geología de pastel de hojaldre', en el que esas capas rocosas han quedado expuestas y son disecadas por la erosión. A medida que la nieve derretida o la lluvia se desplaza por la pendiente, trozos de roca se despegan y deslizan hacia los barrancos. Tal erosión pude causar patrones escalonados, vistos como rayos desde el espacio.
En invierno, las partes planas se cubren de nieve, haciéndose más claras, mientras que las zonas oscuras corresponden a declives. El desvanecimiento del patrón rayado en los bordes se debería al amontonamiento sedimentario ocasionado por una erosión que se ha prolongado por millones de años.
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