La pausa en las erupciones de Mauna Loa y Kilauea destaca los desafíos más amplios que enfrentan los expertos para comprender cuándo y por qué los volcanes entran en erupción y cuándo se calman.
Aproximadamente dos semanas después de que comenzara la erupción del volcán activo más grande de la Tierra, Mauna Loa se calmó. Lo mismo se aplica a Kilauea, su vecino más pequeño en la Isla Grande de Hawái, que ha entrado en erupción intermitentemente durante más de un año.
"Confiamos en que esta erupción esencialmente se ha estancado y probablemente haya terminado", dijo Ken Hon, experto a cargo del Observatorio de Volcanes de Hawái del USGS.
Pero los vulcanólogos no saben si existe un vínculo entre el final de las dos erupciones, lo que apunta a los mayores problemas que enfrentan los científicos al analizar y predecir la actividad volcánica.
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Mauna Loa es uno de los volcanes más estudiados del mundo debido a su actividad récord (34 erupciones desde 1843) y, sin embargo, quedan serias dudas sobre los factores que influyen cuando entra en erupción y cuando se calma.
Esa incertidumbre se extiende también a otros volcanes peligrosos, lo que llevó a los vulcanólogos a sugerir que las observaciones de la erupción del Mauna Loa podrían ayudar a informar las predicciones de erupciones en otros lugares.
Desde septiembre, hubo señales de que Mauna Loa se está preparando para su primera erupción en 38 años. Esto sucedió a finales de noviembre de 2022. Los vulcanólogos han visto signos de actividad reducida en Kilauea en las últimas semanas. Pero por lo demás, fue difícil determinar con precisión el tiempo de actividad de ambos volcanes.
“Estamos mejorando en la predicción del inicio de las erupciones porque ahora tenemos muchos más datos”, dijo Einat Lev, profesora asociada de investigación en el Observatorio de la Tierra Lamont-Doherty de la Universidad de Columbia. “No estamos progresando tanto en la predicción del final”.
Hon dijo que alrededor de 200 millones a 250 millones de metros cúbicos de lava fluyeron de Mauna Loa durante 12 días, una cantidad de flujo de lava mayor de lo habitual que refleja el período anormalmente largo desde su última erupción.
La erupción de Mauna Loa estuvo a la par con la duración de erupciones similares en el pasado, dijo Hon. Los vulcanólogos habían pronosticado que la erupción podría durar unas pocas semanas, aunque enfatizaron que no podían predecir su final con mucha confianza.
Kilauea fue el sitio de una importante erupción en 2018, que destruyó cientos de casas en el distrito de Puna en el este de Hawái y provocó un colapso masivo en la caldera del volcán. Una erupción más pequeña comenzó en el volcán en septiembre de 2021 y continuó hasta la erupción de Mauna Loa, que comenzó el 27 de noviembre.
Pero los vulcanólogos creen que la última erupción del Kilauea se detuvo en algún momento entre el 6 y el 9 de diciembre, después de un período de disminución de la actividad sísmica dentro del volcán que se había observado desde principios de noviembre, dijo Hon.
Hon dijo que los investigadores profundizarán en las observaciones de ambos volcanes durante el próximo año para descubrir qué pueden aprender sobre cualquier relación entre ellos. Ambos son volcanes en escudo, llamados así por su perfil ancho y gradualmente inclinado, y son alimentados por un punto caliente, o un área en medio de una placa tectónica donde el manto de la Tierra tiene una salida a la superficie del planeta.
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