El Centro de Investigación de Objetos Cercanos a la Tierra de la NASA informa que un asteroide de entre 400 metros y un kilómetro de diámetro se acercará a la Tierra el 25 de octubre.
Según el rastreador de la agencia espacial, la roca espacial llamada 162082 (1998 HL1) alcanzará su punto más cercano a la Tierra alrededor a las 17:21 GMT. Aunque está incluido dentro de la categoría de asteroides potencialmente peligrosos, el cuerpo cósmico no representará amenaza, ya que pasará a unos 6,2 millones de kilómetros de nuestro planeta, poco más de 16 veces la distancia entre la Tierra y la Luna.
Este asteroide se descubrió en abril de 1998. Pertenece a la clase de objetos celestes Apolo cuyas órbitas se cruzan con la de la Tierra.
A medida que los asteroides Apolo completan su viaje, también pasan cerca de otros planetas. Si los asteroides se acercan a estos planetas a distancias muy cercanas, pueden verse afectados por su atracción gravitacional, que altera las trayectorias de las rocas espaciales. Si esto sucediera, los asteroides podrían teóricamente cambiar su curso y terminar en colisión con la Tierra.
Por ejemplo, el asteroide (1566) Icarus después de acercarse a Mercurio, cambió tanto su órbita que a finales de la década de 1960 los científicos predijeron seriamente su caída en el océano Índico. No obstante, finalmente voló cerca de la Tierra a una distancia de 6,36 millones de kilómetros.
Los astrónomos registraron más de 10.000 asteroides de la clase Apolo de los cuales más de 2.000 se consideran objetos potencialmente peligrosos.
Según el rastreador de la agencia espacial, la roca espacial llamada 162082 (1998 HL1) alcanzará su punto más cercano a la Tierra alrededor a las 17:21 GMT. Aunque está incluido dentro de la categoría de asteroides potencialmente peligrosos, el cuerpo cósmico no representará amenaza, ya que pasará a unos 6,2 millones de kilómetros de nuestro planeta, poco más de 16 veces la distancia entre la Tierra y la Luna.
Este asteroide se descubrió en abril de 1998. Pertenece a la clase de objetos celestes Apolo cuyas órbitas se cruzan con la de la Tierra.
A medida que los asteroides Apolo completan su viaje, también pasan cerca de otros planetas. Si los asteroides se acercan a estos planetas a distancias muy cercanas, pueden verse afectados por su atracción gravitacional, que altera las trayectorias de las rocas espaciales. Si esto sucediera, los asteroides podrían teóricamente cambiar su curso y terminar en colisión con la Tierra.
Por ejemplo, el asteroide (1566) Icarus después de acercarse a Mercurio, cambió tanto su órbita que a finales de la década de 1960 los científicos predijeron seriamente su caída en el océano Índico. No obstante, finalmente voló cerca de la Tierra a una distancia de 6,36 millones de kilómetros.
Los astrónomos registraron más de 10.000 asteroides de la clase Apolo de los cuales más de 2.000 se consideran objetos potencialmente peligrosos.
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