Son rojos, son razonablemente grandes y no tienen por qué estar en el cinturón de asteroides principal, pero su descubrimiento confirma las complejas condiciones existentes cuando el sistema solar aún se estaba formando.
Una nueva investigación detalla el descubrimiento de dos asteroides extremadamente rojos del cinturón principal, 203 Pompeja y 269 Justitia.
Ambos asteroides tienen una firma espectral más roja que cualquier otro asteroide en el cinturón principal, esa banda de asteroides densamente poblada situada entre las órbitas de Marte y Júpiter.
Es importante destacar que estos asteroides rojos se asemejan a objetos transneptunianos, es decir, objetos ubicados más lejos que Neptuno, el planeta más distante del Sol (sin faltarle el respeto al planeta enano Plutón).
Esto podría significar que 203 Pompeja y 269 Justitia se formaron en el Cinturón de Kuiper y luego se desviaron hacia adentro cuando el sistema solar aún era joven.
Si se confirma, el nuevo hallazgo muestra cuán caóticas eran las condiciones en ese entonces y que los materiales de diferentes partes del sistema solar a veces se mezclarían.
Descripción de los asteroides extraños
El asteroide 203 Pompeja mide 110 km de diámetro, mientras que el 269 Justitia es la mitad de grande.
Ambos presentan un espectro inusualmente rojo, lo que significa que reflejan mucha luz roja.
Son incluso más rojos que los asteroides de tipo D, que anteriormente se creía que eran los objetos más rojos del cinturón de asteroides.
Se cree que los asteroides 203 Pompeja y 269 Justitia "se formaron cerca del borde exterior del Sistema Solar más allá de la línea de nieve orgánica distante y luego se trasladaron al cinturón de asteroides durante la época temprana de la formación del Sistema Solar", señala un comunicado de prensa de JAXA.
Con "línea de nieve orgánica", los científicos se refieren a la ubicación en el sistema solar donde el metanol y el metano se convierten en hielo.
¿Qué son los transneptunianos?
El sistema solar exterior está repleto de materiales que quedaron de la formación del sistema solar, incluidos planetesimales (asteroides) y centauros (planetesimales helados ubicados entre Júpiter y Neptuno).
Estos objetos distantes son muy rojos y contienen compuestos orgánicos complejos como metano y hielo de metanol.
Estos compuestos, cuando se ven a través de un espectrógrafo, dan al asteroide su apariencia rojiza.
Por el contrario, los objetos del sistema solar interior tienen escasos rastros de material orgánico, por lo que tienden a reflejar la luz azul.
Entonces, ¿por qué es importante este nuevo descubrimiento?
El propósito del estudio fue documentar la distribución y composición de grandes asteroides en el cinturón principal.
Los asteroides grandes, especialmente los de más de 60 millas (100 km) de ancho, son probablemente supervivientes de los primeros días del sistema solar.
Al estudiar estos objetos, los científicos esperaban vislumbrar cómo eran las condiciones hace unos 4 mil millones de años.
Este hallazgo sugiere que algunos asteroides en el cinturón principal se formaron en el sistema solar exterior, y que es probable que exista una población de estos objetos dentro del cinturón principal.
Además, el nuevo estudio muestra el cinturón principal como un buen destino para una misión futura. En lugar de viajar al borde exterior del sistema solar en busca de muestras de objetos del Cinturón de Kuiper, todo lo que tendríamos que hacer es enviar una sonda al cinturón de asteroides, donde podría estudiar tanto los asteroides de objetos internos como los que se formaron muy, muy lejos.
Un buen paso siguiente sería determinar la proporción exacta de esta población de asteroides rojos.
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