Un nuevo estudio ha encontrado que las ciudades triangulares experimentan la menor cantidad de lluvia en comparación con las ciudades cuadradas o redondas. Los autores del estudio creen que la interacción del entorno con la forma de la ciudad se puede tener en cuenta a la hora de diseñar los espacios urbanos del futuro, que deberían soportar fácilmente los efectos del cambio climático.
Las inundaciones urbanas son una preocupación creciente a medida que experimentamos más y más eventos climáticos extremos. Las ciudades son particularmente vulnerables a eventos como inundaciones repentinas, ya que grandes extensiones de jungla de asfalto tienen un drenaje deficiente.
Un nuevo artículo de investigación publicado en Earth's Journal examinó si la forma de una ciudad puede influir en el clima. Los autores decidieron estudiar la influencia de la forma y notaron que algunas de las ciudades aparentemente más húmedas de la Tierra, como Londres, también eran redondas.
Al observar ciudades redondas, cuadradas y triangulares (como Dallas, Nueva York y Los Ángeles, respectivamente), compararon los resultados de la investigación meteorológica y el pronóstico del flujo de aire y las simulaciones de remolinos para ver cómo la forma puede afectar el clima. También compararon esto con las áreas exteriores de la ciudad, tanto en el interior como a lo largo de la costa.
Los resultados mostraron que el efecto de la forma es más importante en las ciudades costeras, ya que el flujo de aire de la ciudad interactúa con la brisa marina. Las ciudades redondas tuvieron un 78,6 por ciento más de lluvia que las ciudades triangulares.
“Dado que el cambio climático aumentará el riesgo de precipitaciones en el futuro, las ciudades han gastado enormes recursos en estudiar e implementar diversas infraestructuras como estrategias de adaptación”, escriben los autores del estudio. “Nuestros resultados destacan un papel poco conocido pero importante de la planificación urbana, especialmente en las zonas costeras. La forma redonda de la ciudad muestra los riesgos potenciales de lluvias extremas y, en consecuencia, el riesgo de inundaciones”.
Sin embargo, los autores del estudio señalan que los hallazgos no carecen de limitaciones y esperan abordar algunas de ellas examinando el efecto de la forma de la ciudad bajo diferentes condiciones de viento. Por ahora, concluyen que el estudio brinda elementos para reflexionar sobre cómo podemos abordar algunos de los problemas de sostenibilidad en el desarrollo de nuestros espacios urbanos.
"Este estudio representa el primer estudio de la influencia de la forma de la ciudad en las precipitaciones en las zonas costeras y del interior... El descubrimiento es valioso para la planificación urbana sostenible y sostenible, especialmente para aquellas en proceso de expansión".
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