El núcleo de la Tierra, una parte importante, pero poco estudiada de nuestro planeta, podría haber estado derramándose por más de 2.500 millones de años, según un nuevo estudio publicado en Geochemical Perspectives Letters.
Uno de los factores que hace posible la vida en la Tierra es nuestro campo magnético, ya que frena las partículas dañinas de alta energía que provienen del espacio, incluso del Sol. La fuente de este campo magnético se encuentra en el núcleo.
Sin embargo y a pesar de la importancia que tiene esta zona, ha sido poco estudiada por la comunidad científica. Esto se debe en parte porque comienza a una profundidad de unos 2.900 kilómetros. En comparación, el hoyo más profundo que se ha podido excavar es el pozo superprofundo de Kola, ubicado en la península rusa homónima y que cuenta con una profundidad de 12 km.
Además, es la parte más caliente de nuestro planeta, con una capa externa que alcanza temperaturas de más de 5.000 °C.
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